A continuación, enciende una vela gris dentro de una habitacion tranquila, preferentemente la propia. En esa misma habitación quema una varilla o cono de incienco natural o con aroma a sándalo.
Si tienes oportunidad de estar desnudo o con ropa muy ligera, hazlo, sino no es importante. Pasa las flores por todo tu cuerpo, especialmente la frente y la cabeza, para impregnarse de su esencia.
Ponerse de pie con los brazos extendidos y las palmas hacia arriba, mirando al Oeste.
Repetir mentalmente el propio nombre hasta sentir la fuerza interior de tu ser (por lo general se manifiesta con un escalofrío que recorre la cara o la columna vertebral, acompañado de la sensación de encontrarse en el vacío). Pedir en voz alta lo que se desea para uno mismo o para otra persona (inteligencia, diligencia, agudeza mental, equilibrio, visión, ingenio, oportunidades, simpatía, clarividencia, fuerza mental, etc.) dirigiéndonos a las fuerzas de la naturaleza.
Respirar profundamente hasta sentir que los aromas nos inundan, mientras recreamos mentalmente lo deseado.
Relajarse y poner la mente en blanco por un instante. Descansar.
Dar las gracias a la Madre Naturaleza por sus dones y por la atención prestada.
A continuacion, tomate unos minutos para relajarte mientras se consume la vela.
Si tienes oportunidad de estar desnudo o con ropa muy ligera, hazlo, sino no es importante. Pasa las flores por todo tu cuerpo, especialmente la frente y la cabeza, para impregnarse de su esencia.
Ponerse de pie con los brazos extendidos y las palmas hacia arriba, mirando al Oeste.
Repetir mentalmente el propio nombre hasta sentir la fuerza interior de tu ser (por lo general se manifiesta con un escalofrío que recorre la cara o la columna vertebral, acompañado de la sensación de encontrarse en el vacío). Pedir en voz alta lo que se desea para uno mismo o para otra persona (inteligencia, diligencia, agudeza mental, equilibrio, visión, ingenio, oportunidades, simpatía, clarividencia, fuerza mental, etc.) dirigiéndonos a las fuerzas de la naturaleza.
Respirar profundamente hasta sentir que los aromas nos inundan, mientras recreamos mentalmente lo deseado.
Relajarse y poner la mente en blanco por un instante. Descansar.
Dar las gracias a la Madre Naturaleza por sus dones y por la atención prestada.
A continuacion, tomate unos minutos para relajarte mientras se consume la vela.
Extraido de "Magia practica con perfumes y flores" de Jake T. Shine.
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