Me puse a buscar en libros y demás todos estos datos que tenía como enterrados y recién pude recordarlos y traer todo eso a mi mente hoy, que el Sol entra en Capricornio, signo que se relaciona con esta carta. No estoy segura si la relación viene por ese lado, pero fue lo primero que se me ocurrió xD Sigo analizando la situación.
Les dejo el hechizo que se realiza con esta carta:
El Diablo, relacionado con el signo de Capricornio, es símbolo de negatividad y fuerza destructiva. En la mitología de la Antigüedad, las leyendas nos relatan batallas entre los dioses, en las que se enfrentaban de un lado la luz y la humanidad, y del otro el odio y el mal para la raza humana. Todos tenemos una elección en esta vida y decidir cuál de los dos lados tomaremos. Puede que tratemos de posponer la decisión, pero no podemos eludirla.
Objetivo mágico:
Liberarnos de negatividad, hacer que nos perdonemos a nosotros mismos; neutralizar nuestras tendencias autodestructivas.
Elementos necesarios:
Altar de superficie sencilla (sin mantel)
Una vela roja.
Una vela negra.
La carta El Diablo
Una copa llena de vino o leche.
Trabajo mágico:
Debemos colocar la vela roja en la parte Oeste del altar, la vela negra en la parte Sur e inmediatamente encenderlas.
Colocaremos la carta El Diablo en la parte Norte y la copa de vino o leche en el Este. Beberemos un par de sorbos de la copa y recitaremos:
Estiraremos ambas manos ante nosotros, con las palmas hacia arriba. En una de las palmas veremos nuestra propia imagen en miniatura, personificando todo lo negativo. Podríamos incluso imaginarnos a nosotros mismos alternando expresiones de envidia, odio y miedo. En la otra palma, visualizaremos otra miniatura de nosotros mismos pero irradiando sólo cosas positivas. Lentamente iremos acercando una palma a la otra y las aproximaremos al pecho. En el instante en que se toquen, fundiremos una de las imágenes con la otra. Este es ahora nuestro nuevo ser interior. Las dos facciones enfrentadas que llevábamos dentro acaban de convertirse en una unidad esencial que engloba los distintos aspectos de nuestra personalidad. Beberemos otro sorbo de la copa. Al terminar habremos dado un paso muy importante hacia la integración de nuestra personalidad, a un nivel muy profundo.
Ahora visualizaremos nuestra imagen, de pie ante un camino, dentro de dos o tres años, recordando este momento. Imaginaremos algunos acontecimientos importantes que desearíamos que tuvieran lugar una vez finalizado este ritual. Estos hechos están en realidad "esperando ocurrir", pero necesitan cierto grado de inducción para hacerlos aflorar.
Les dejo el hechizo que se realiza con esta carta:
El Diablo, relacionado con el signo de Capricornio, es símbolo de negatividad y fuerza destructiva. En la mitología de la Antigüedad, las leyendas nos relatan batallas entre los dioses, en las que se enfrentaban de un lado la luz y la humanidad, y del otro el odio y el mal para la raza humana. Todos tenemos una elección en esta vida y decidir cuál de los dos lados tomaremos. Puede que tratemos de posponer la decisión, pero no podemos eludirla.
Objetivo mágico:
Liberarnos de negatividad, hacer que nos perdonemos a nosotros mismos; neutralizar nuestras tendencias autodestructivas.
Elementos necesarios:
Altar de superficie sencilla (sin mantel)
Una vela roja.
Una vela negra.
La carta El Diablo
Una copa llena de vino o leche.
Trabajo mágico:
Debemos colocar la vela roja en la parte Oeste del altar, la vela negra en la parte Sur e inmediatamente encenderlas.
Colocaremos la carta El Diablo en la parte Norte y la copa de vino o leche en el Este. Beberemos un par de sorbos de la copa y recitaremos:
"Convoco a los poderes de la Luz para que siempre me acompañen. Que al abrazar las fuerzas del Bien, vencedoras de las fuerzas del Mal, yo salga fortalecido/a"
Estiraremos ambas manos ante nosotros, con las palmas hacia arriba. En una de las palmas veremos nuestra propia imagen en miniatura, personificando todo lo negativo. Podríamos incluso imaginarnos a nosotros mismos alternando expresiones de envidia, odio y miedo. En la otra palma, visualizaremos otra miniatura de nosotros mismos pero irradiando sólo cosas positivas. Lentamente iremos acercando una palma a la otra y las aproximaremos al pecho. En el instante en que se toquen, fundiremos una de las imágenes con la otra. Este es ahora nuestro nuevo ser interior. Las dos facciones enfrentadas que llevábamos dentro acaban de convertirse en una unidad esencial que engloba los distintos aspectos de nuestra personalidad. Beberemos otro sorbo de la copa. Al terminar habremos dado un paso muy importante hacia la integración de nuestra personalidad, a un nivel muy profundo.
Ahora visualizaremos nuestra imagen, de pie ante un camino, dentro de dos o tres años, recordando este momento. Imaginaremos algunos acontecimientos importantes que desearíamos que tuvieran lugar una vez finalizado este ritual. Estos hechos están en realidad "esperando ocurrir", pero necesitan cierto grado de inducción para hacerlos aflorar.
Fuente: "El Tarot y sus poderes mágicos", de Terry Donaldson. Editorial EDAF.
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