Desde tiempos inmemoriales, las flores de acacia han sido las favoritas de Diana, la diosa de la Naturaleza, y por consiguiente, de toda la vida. La savia de la acacia puede quemarse como incienso. Su nombre correcto es Acacia Senegal o goma arábiga.
Consigue un poco y quémala en tu incensario resistente al fuego utilizando carbón vegetal. Quema un poco por la mañana y un poco por la noche. Esta práctica abre tus centros psíquicos en los momentos en que estás más relajado y te hace más receptivo a las bendiciones. Todo tipo de plegarias pueden elevarse con el delicado humo de las acacias: plegarias de agradecimiento, de petición de buena suerte, salud o lo que necesites. A continuación te propongo una:
"Diana, encantadora diosa que corres delante de los vientos,
Tú que concedes los deseos de tus hijos
y atiendes sus necesidades como madre,
Gracias por las bendiciones que me has concecido,
y gracias por las bendiciones que vendrán"
Fuente: "Cada día es una fiesta", de Zsuzsanna Budapest. Editorial Obelisco.
1 mensajitos:
ese libro e sgenial, lo tengo y aunque no lo he leido mucho tiene grandes rituales,
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