30/7/08

Hechizo para mejorar los poderes psíquicos~

Las habilidades psíquicas no se consiguen con un hechizo, sino por una serie de acontecimientos a lo largo de la vida de un individuo. Estudiar las estrellas, anotar los sueños y seguir una dieta sana son buenos pasos para desarrollarlas. Realiza este hechizo durante la luna nueva o llena. Para hacerlo debes liberar tu tercer ojo, vestirte de amarillo (de ser posible) y colocar velas y velones amarillos en tu altar. Si tiene una bola de cristal, colócala en el centro. Prepárate una infusión de azafrán para beber mientras meditas. Siéntate cómodamente delante de tu altar y respira profundamente. Piensa en tu columna vertebral como una serpiente que se desenrosca y se eleva, elevando con ella tu energía. Enciende un poco de incienso que contenga varias hierbas de las que favorecen el trabajo psíquico, como betónica, sándalo, incienso, gayuba, nuez moscada o flor de lis.
Mientras inhalas el humo de las hierbas, canta o recita susurrando:

"Soy el canal de la inspiración divina del universo. Mis ojos interiores ven lo que ve mi Diosa. Mis oídos interiores oyen lo que oye mi Diosa. Mi corazón interior ama lo que ama mi Diosa"


No permanezcas más de 30 minutos haciendo esto. Cuando te acuestes, retén por un momento esa sensación de estar flotando que te invade justo antes de dormirte. Retenla y recuérdala, después déjala ir.
Coloca velas amarillas encendidas en la habitación, flores frescas junto a tu cama y abre la ventana para tener un poco de aire fresco durante la noche.




Fuente: "Cada día es una fiesta", de Zsuzsanna Budapest. Editorial Obelisco.




Notas:
  • No es necesario que te vistas completamente de amarillo. Puedes usar una blusa o camiseta de este color, un pañuelo o bufanda, o cubrirte con una manta amarilla que puede ser simplemente una tela lisa. No dejes de realizar este ritual (ni ningún otro) sólo porque no tienes ropa del color que se menciona.
  • Siempre que dejes velas encendidas toda la noche, asegúrate de ponerlas sobre una bandeja de metal o resistente al calor. Ubícalas lejos de cualquier montón de papeles o telas que puedan quemarse fácilmente, y también lejos de las corrientes de aire que puedan encimarles objetos y quemarlos, o apagarlas. Lo ideal son los fanales de parafina, tu caldero de hierro o una olla pequeña de metal: mantienen la vela cubierta de las corrientes de aire, y alejadas de los objetos de la habitación.
  • Si de todos modos no te hace sentir cómodo la idea de dejar velas encendidas, apágalas antes de dormirte sin soplarlas. Utiliza un matacandelas o una cuchara pequeña.

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