Cuando se te queme la comida, te cortes, se te caigan las ollas y sartenes o experimentes una serie de accidentes, puede que sea necesaria una limpieza. Consigue una brillante tetera u olla de cobre, llénala con agua (preferentemente embotellada, agua de lluvia o de manantial) añádele unas hojas de laurel, romero, corteza de limón (fresca si te es posible) y canela. Pon también una pequeña cantidad de sal. Colócalo al fuego sin tapar. Cerca coloca tazones o vasos llenos con flores de colores, por toda la cocina mientras el agua se calienta. Mientras su perfumado vapor llena el are, echa sal sobre el suelo de la cocina, después bárrelo y échalo fuera de la casa. Coloca una cebolla entera debajo del fregadero de la cocina para absorber la negatividad (cámbiala cada mes si es necesario). Después de unos pocos minutos, apaga el fuego. Deja que enfríe el líquido de la tetera, cuélalo a través de un pañol y salpica unas cuantas gotas en los utensilios, en los armarios, en el fregadero, en el piso, etc. Si lo deseas, añade parte al balde de la limpieza y friega el piso hasta que brille. Tira el resto del agua por la cañería y tu cocina quedará fresca, limpia y lista para hacer su magia. Una limpieza más simple consiste en atar dos trapos de cocina juntos por el medio, colocarlos en un tazón con agua y 3 hojas de laurel y dejarlo hervir durante dos minutos. Cuando el agua se enfríe, retira los trapos, las hojas de laurel y tira el agua por la cañería o fuera, en tierra baldía. Quema los trapos atados y las hojas. Tus problemas desaparecerán. Antes se creía que ninguna comida podía ser hechizada si había sido previamente salada, debido probablemente a las mágicas y preservantes cualidades de la sal. En realidad un antiguo principio nos aconseja echar sal a la comida, para evitar el maleficio.
La sal era tan sagrada en tiempos antiguos que los romanos adoraban a Salus, la diosa de la sal, prosperidad y salud. A los soldados romanos se les pagaba con sal. De ahi viene la palabra salario. La sal ha tenido un importante papel en la magia y en la religión desde la antigüedad como símbolo de pureza, vida, eternidad y fortuna.
Hablando de sal, se considera mala suerte quedarse sin ella. Para evitarlo compra un paquete extra de sal y ponlo en un estante alto de la cocina. No lo uses nunca, de esta manera siempre tendrás sal. Al cocinar cualquier tipo de comida, desde sopa hasta zuchini, haz el signo del pentagrama en la cacerola con un tenedor o cuchillo. Esto protege a la cacerola y a la comida, asegurando su salubridad. Caracteres chinos significando salud, fortuna y prosperidad se trazan también en las cacerolas.
El fin último del trabajo de la cocina es, por supuesto, consumir los alimentos. Comer es un acto místico, una unión de fuerzas vitales que nos capacitan para seguir viviendo. En el Hogar Mágico lo que comemos es casi tan importante como la manera de cocinarlo. Muchos magos en nuestros días son estrictamente vegetarianos, mientras que otros consumen una gran variedad de alimentos, incluyendo carne. Para que un Hogar Mágico funcione correctamente, los que residen en él deben comer correctament también. Una dieta que incluya frutas y verduras frescas, productos de grano integral, poco azúcar y grasa, además de las adecuadas (pero no excesivas) proteínas es la manera más sana de alimentarse.
Comer con otros crea un lazo único. Es la base de las comidas rituales, como la comunión tan común en la religión. Cuando se come con una persona se establece un vínculo, aunque no la vuelva a ver. Han compartido este ritual.
Rezar antes de comer debe hacerse como un acto de unión con la comida que va a ser consumida, tanto a través del reconocimiento de un ser supremo o un simple canto dirigido a la comida. Esto puede hacerse silenciosamente. Antes de comer coloca las manos a cada lado del plato de comida y envía energía a través de la visualización. Recibe su energía de vuelta y entonces disfruta. La mesa del comedor está cargada de rituales. Debe estar paralela a las paredes para que las líneas de energía que corren a través de sus cimientos floten suavemente alrededor de ella. Como la mesa del comedor (y todas las mesas) parece un altar, acciones tales como sentarse encima de la mesa o colocar dinero o zapatos encima de ella trae mala suerte. Al poner la mesa, ponga primero la sal, y retírala al final. La sal protege la mesa y a los comensales. Al comer con otros pase la sal con una sonrisa. Al pasar los platos de la comida en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la mesa, se cargarán de energía positiva y asegurará que sean saludables.
En la antigüedad, cuando el envenenamiento era común, se realizaban muchos rituales para evitar estas calamidades. Si se sospechaba que la comida había sido envenenada, a la hora de comer se clavaría un cuchillo con el mango de hueso de serpiente en la mesa. En el caso de que la comida estuviese envenenada el cuchillo templaría y se agitaría. Los cubiertos de marfil se ponían dentro de la comida sospechosa. Si la comida había sido envenenada, el mango se pondría negro. Antes de comer algún líquido con cuchara (tales como sopa o potaje) revuelve el contenido de la taza de derecha a izquierda, en el sentido de las agujas del reloj tres veces, después retira la cuchara y disfrutalo. También puedes mover el vaso tres veces en sentido del movimiento solar antes de beber, para purificar el contenido. Siempre que hagas un brindis asegúrate de que los vasos resuenen para que el brindis sea oído por las fuerzas superiores.
Siempre deja un poco de comida en el plato, ya que la tradición dice que quien vacía su plato sólo conocerá la pobreza. Cuando estrenes cubertería nueva de plata, formula un deseo. Visualiza el deseo cada vez que levantes un tenedor o cuchara, y el deseo podrá convertirse en realidad, y si tú, como tantos hoy en día, estás intentando comer menos, silba en la mesa. Esto puede apagar el apetito, aunque algunos lo consideran de mala suerte.
La sal era tan sagrada en tiempos antiguos que los romanos adoraban a Salus, la diosa de la sal, prosperidad y salud. A los soldados romanos se les pagaba con sal. De ahi viene la palabra salario. La sal ha tenido un importante papel en la magia y en la religión desde la antigüedad como símbolo de pureza, vida, eternidad y fortuna.
Hablando de sal, se considera mala suerte quedarse sin ella. Para evitarlo compra un paquete extra de sal y ponlo en un estante alto de la cocina. No lo uses nunca, de esta manera siempre tendrás sal. Al cocinar cualquier tipo de comida, desde sopa hasta zuchini, haz el signo del pentagrama en la cacerola con un tenedor o cuchillo. Esto protege a la cacerola y a la comida, asegurando su salubridad. Caracteres chinos significando salud, fortuna y prosperidad se trazan también en las cacerolas.
El fin último del trabajo de la cocina es, por supuesto, consumir los alimentos. Comer es un acto místico, una unión de fuerzas vitales que nos capacitan para seguir viviendo. En el Hogar Mágico lo que comemos es casi tan importante como la manera de cocinarlo. Muchos magos en nuestros días son estrictamente vegetarianos, mientras que otros consumen una gran variedad de alimentos, incluyendo carne. Para que un Hogar Mágico funcione correctamente, los que residen en él deben comer correctament también. Una dieta que incluya frutas y verduras frescas, productos de grano integral, poco azúcar y grasa, además de las adecuadas (pero no excesivas) proteínas es la manera más sana de alimentarse.
Comer con otros crea un lazo único. Es la base de las comidas rituales, como la comunión tan común en la religión. Cuando se come con una persona se establece un vínculo, aunque no la vuelva a ver. Han compartido este ritual.
Rezar antes de comer debe hacerse como un acto de unión con la comida que va a ser consumida, tanto a través del reconocimiento de un ser supremo o un simple canto dirigido a la comida. Esto puede hacerse silenciosamente. Antes de comer coloca las manos a cada lado del plato de comida y envía energía a través de la visualización. Recibe su energía de vuelta y entonces disfruta. La mesa del comedor está cargada de rituales. Debe estar paralela a las paredes para que las líneas de energía que corren a través de sus cimientos floten suavemente alrededor de ella. Como la mesa del comedor (y todas las mesas) parece un altar, acciones tales como sentarse encima de la mesa o colocar dinero o zapatos encima de ella trae mala suerte. Al poner la mesa, ponga primero la sal, y retírala al final. La sal protege la mesa y a los comensales. Al comer con otros pase la sal con una sonrisa. Al pasar los platos de la comida en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la mesa, se cargarán de energía positiva y asegurará que sean saludables.
En la antigüedad, cuando el envenenamiento era común, se realizaban muchos rituales para evitar estas calamidades. Si se sospechaba que la comida había sido envenenada, a la hora de comer se clavaría un cuchillo con el mango de hueso de serpiente en la mesa. En el caso de que la comida estuviese envenenada el cuchillo templaría y se agitaría. Los cubiertos de marfil se ponían dentro de la comida sospechosa. Si la comida había sido envenenada, el mango se pondría negro. Antes de comer algún líquido con cuchara (tales como sopa o potaje) revuelve el contenido de la taza de derecha a izquierda, en el sentido de las agujas del reloj tres veces, después retira la cuchara y disfrutalo. También puedes mover el vaso tres veces en sentido del movimiento solar antes de beber, para purificar el contenido. Siempre que hagas un brindis asegúrate de que los vasos resuenen para que el brindis sea oído por las fuerzas superiores.
Siempre deja un poco de comida en el plato, ya que la tradición dice que quien vacía su plato sólo conocerá la pobreza. Cuando estrenes cubertería nueva de plata, formula un deseo. Visualiza el deseo cada vez que levantes un tenedor o cuchara, y el deseo podrá convertirse en realidad, y si tú, como tantos hoy en día, estás intentando comer menos, silba en la mesa. Esto puede apagar el apetito, aunque algunos lo consideran de mala suerte.
Fuente: "La casa mágica", de Scott Cunningham y David Harrington. Editorial Mirach
1 mensajitos:
Hola Jime!!que lindos articulos llenos de "magia"!
muy necesarios en estos tiempos en que se perdio un poco este sagrado ritual de la comida.
Esta bien que los tiempos cambiaron y ahora las "brujitas" trabajamos afuera y nos queda poco tiempo,pero la verdad que da para desacelerar un poquito y pensar que la cocina es mucho mas que un acto mecanico.
Gracias por esta motivacion en mis rutinas cotidianas! De verdad :)
Un abrazote!!!!
Publicar un comentario