15/8/11

Aprender a ver la Magia (y no olvidarse de su aspecto)~

Cuando uno empieza a transitar cualquier camino espiritual que tenga mucho de práctica ritual, hasta en las más pequeñas cosas, lee en todos lados que la Magia nos rodea constantemente, que cualquier acto al que uno le imprima una intención determinada se convierte en un acto mágico, etc, etc. pero lo cierto es que muchas veces nos olvidamos de eso y caemos en la rutina. Gris, aburrida y repetitiva rutina. No sé si les pasó, pero a mí de tanto en tanto me pasa, casi sin darme cuenta; hasta que llego a un punto en que ya no me siento bien ni siquiera físicamente. Todo me genera apatía, cansancio. La vida me fastidia de sólo proyectarla.
En general me alcanza con reservarme un par de horas para hacer alguna cosita "de bruja" (preparar un incienso, recolectar unas hierbas del jardín para ponerlas a secar, confeccionar un amuleto nuevo o recauchutar uno ya usado, descargar y cargar mis piedras, etc.) pero la última vez que me pasó, después de unos meses muy ajetreados entre el trabajo, la facultad y todo lo demás :b me costó mucho reconectarme. La sola idea de poner un paréntesis en mi día para dedicarlo a mi bienestar espiritual me generaba algo de fastidio, hay que admitirlo, y pasé semanas y semanas posponiéndolo.

Un día, justo antes de tener que rendir un examen en la facultad, sentí que me saturé. Me saturé de cotidianeidad, del ir y venir como por inercia, y decidí empezar por lo más sencillo: Ordené mi habitación. La verdad es que no suelo ser muy organizada, o mejor dicho, tengo un sentido del orden muy peculiar. Sé dónde están mis cosas, exactamente, pero puede que esos lugares no sean los que la gente en general eligiría para guardarlas. Es así que tengo pilitas de libros por todos lados, porque ya no entran en las bibliotecas, ropa colgada de la cabecera de la cama junto con las carteras, fotocopias de la facultad aqui y allá, fotocopias del trabajo, y la lista sigue. Pero cuando estoy tan metida en mis obligaciones laborales y académicas, paso poco tiempo en mi cuarto... Tanto es así que deja de importarme el orden, hasta que llega un punto en que simplemente ya no lo soporto.
Asi es que me puse a ordenar, pero aún después de haber pasado un trapo al piso, pasado el plumero por la biblioteca y guardado todos mis apuntes y ropa en lugares más "convencionales", había algo que no se sentía del todo bien. Fue entonces cuando recordé la pequeña mesita que uso como altar, y donde guardo todos mis utensilios mágicos e ingredientes.
Resulta que la mesa estaba en las peores condiciones. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que le di buen uso que las estatuillas, el mantel, el mortero y TODO se había ido cubriendo de polvo y estaba todo desordenado. Había bolsitas de hierbas encima de la mesa, desparramadas por doquier e incluso papeles que poco tenían que ver con el altar.
En ese momento lo vi claramente. Aquello que es uno de los mayores símbolos de mi práctica estaba derruido por la rutina y el descuido, lo mismo que mis prácticas. Fue cuestión de hacer una limpieza profunda (en el plano material, poniendo las cosas en su lugar, y en el plano espiritual, con una asperción de agua consagrada a tales fines y una sahumereada) y funcionó como por arte de magia. Ok, sí, en parte fue Magia :b

Uno a veces descuida la importancia y el poder que ejercen ciertos símbolos, como el altar, una herramienta, un espacio físico o un pequeño objeto. A partir de esto me di cuenta de las cantidades y cantidades de energía y experiencias que deposité, quizás en parte sin darme cuenta, en ese mueble con todo su contenido.
Además, ese pequeño acto de purificación y orden también me recordó que una acción de 20 minutos (lo que tardamos en darnos una ducha, mirar un capítulo de alguna serie en la televisión o hablar por teléfono) puede cambiarnos no sólo el día, sino el devenir de los días siguientes.

Poco después de esto que les cuento, llegó a mis manos un libro bastante simpático (más por la propuesta que por la seriedad del contenido) titulado
Be a Goddess! de Franceska De Grandis, en el que la autora propone una serie de "tareas", como ella las llama, que se siguen a lo largo de un "programa" práctico que mezcla a la Wicca, con chamanismo, con los celtas, las hadas y muchos etc. que no voy a discutir ahora. La cuestión es que estas tareas no son más que pequeños actos cotidianos -como bañarse, peinarse y vestirse; preparar una comida; encender una vela- vistos desde una perspectiva mágica; es decir, lo que les comentaba al comienzo de este artículo improvisado.
A veces alcanza sólo con decir una frase en voz alta para imprimirle nuestra intención mágica a cualquier acción, o repetirla hacia adentro como un mantra. Y a veces las acciones hablan por sí mismas y se convierten en rituales coincidentes que pasan desapercibidos al ojo profano.

Releyendo un poco esto que acabo de improvisar, pienso que es más un ritual en mi propio beneficio, en tanto, entre líneas, es un compromiso de mi parte a hacer lo posible para no perderme tan fácilmente en la rutina y, también entre líneas, es un pedido a los Dioses a que me den la voluntad y la energía necesaria para lograrlo.

Que así sea, entonces.

2 mensajitos:

Jose_Kunita dijo...

HOLA B). SI ME PERMITES, CREO Q' ESO PASA CON TODOS LOS CAMINOS ESPIRITUALES.. ¡QUÉ BUENO Q' HAYAS LOGRADO RE-DESCUBRIR LA MAGIA EN EL TUYO! ;) ¿TENÍA MUCHO POLVO ENCIMA? TE DEJO UN BESO DE PASADA
:x
Y EL PRÓXIMO 31 DE OCTUBRE TE ESPERO EN 'EL HECHIZO'

AzulTarot dijo...

Me sentí muy identificada con todo tu relato,he pasado por lo mismo...
Increíble sincronicidad!es el tema que me ronda por la cabeza estos días y justo escribís este artículo.
Muy buena sugerencia,a seguir el consejito y buscar la magia en lo cotidiano.Gracias Ji.Besote y fuerza,ya está mas de la mitad del año cocinada ;-)

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