Como ya hemos señalado, los dos equinoccios son periodos de equilibrio. El día y la noche se igualan, y la corriente del transcurso del año fluye con regularidad. Pero mientras el equinoccio de la primavera manifiesta el equilibrio de un atleta preparado para la acción, el sentido del equinoccio de otoño es el del descanso después del trabajo. El sol está a punto de entrar en el signo de Libra, la Balanza. En las Estaciones de la Diosa, el equinoccio de la primavera representa la Iniciación, mientras que el equinoccio de otoño, e| Reposo. Las cosechas han sido almacenadas, tanto las de grano como las de frutas, y el sol, aunque más suave y menos fiero que en días anteriores, todavía nos acompaña.
Doreen Valiente, en An ABC of Witchcraft señala que las apariciones espectrales más frecuentes de ciertos fantasmas recurrentes son en marzo y septiembre, "los meses de los equinoccios, periodos bien conocidos por los ocultistas como épocas de estrés psíquico". Esto parece contradecir la idea de los equinoccios como épocas de equilibrio, pero la paradoja sólo es aparente. Épocas de equilibrio, o de actividad en suspenso, son por naturaleza los momentos cuando el velo entre Io visible y lo invisible es más tenue. También son las estaciones en que los seres humanos 'cambian de marcha' a una fase diferente, y por tanto épocas de turbulencia tanto psicológica como física. Mayor razón para que reconozcamos y entendamos el significado de estas fases naturales, de manera que su turbulencla nos anime en vez de afligirnos.
Si miramos el Calendario del Árbol que nos proporciona Robert Graves para sostener nuestro simbolisrno mágico y poético occidental, descubrimos que el equinoccio de otoño llega justo antes del final del mes de la vid y el comienzo del mes de la hiedra. La vid y la hiedra son los dos únicos de los meses-árboles que crecen en espiral, y el espiral (sobre todo la doble espiral, enrollándose y desenrollándose) es un símbolo universal de la reencarnación.
Mientras Lughnassadh señalaba la recolección de la cosecha de cereales, pero en su aspecto sacrificial, el equinoccio de otoño señala la conclusión de la cosecha, así como la acción de gracias por la abundancia, haciendo hincapié en la futura vuelta de esa abundancia. Durante este equinoccio se celebraban los misterios eleusinos, los más importantes de la antigua Grecia, y aunque no se conocen todos los detalles (los iniciados supieron guardar bien los secretos), los rituales de Eleusis estaban basados en el simbolismo de la cosecha de grano. Se ha dicho que el clímax acontecía cuando se mostraba al iniciado una única espiga de grano con la admonición: "En silencio se gana la semilla de la sabiduría".
Respecto a nuestro propio sabbat otoñal, pues, tenemos los siguientes temas interrelacionados: la terminación de la cosecha, un saludo al poder menguante del sol, y un reconocimiento de que el sol y la cosecha, así como los hombres y las mujeres, participan en el ritmo universal del renacimiento y la reencarnación.
La Preparación
Sobre el altar hay un plato que contiene una única espiga de trigo u otro cereal cubierta con una tela. Tanto el altar como el círculo están decorados con piñas de pino, cereales, bellotas, amapolas rojas (símbolo de la diosa del cereal Deméter) y otras flores otoñales, frutos y hojas.
EI Ritual
Arrodíllate mirando al altar y, después de la Runa de las Brujas, coge el plato cubierto del altar, colócalo en el centro del círculo (manteniéndolo cubierto) y vuelve a tu posición. A continuación di:
“Ahora es época de equilibrio, cuando el día y la noche se miran como iguales. Pero es la estación en que la noche se alarga y el día mengua, pues en las corrientes de la Tierra y del cielo nunca nada permanece sin cambiar. Sabed y recordad, que todo lo que se alce debe caer y todo Io que caiga también debe alzarse. Como prueba de ello, ¡bailo la danza de la ida y de la vuelta!"
Muévete libremente en el sentido contrario a las agujas del reloj, desde la parte exterior del círculo hacia el interior, en forma de espiral. Nuevamente mirando hacia el altar di: “Contemplo el misterio y comprendo que en silencio se gana la semilla de la sabiduría”
Entonces retira la tela que cubre el plato revelando la espiga de cereal. Obsérvala durante unos minutos. A continuación, ponte de frente a la vela que encendiste en el Oeste, y exclama:
“Adiós, Oh, Sol, Luz que siempre retorna
Dios Oculto, que siempre permaneces.
Ahora se marcha a la Tierra de la Juventud
a través de los Umbrales de la Muerte
Para vivir entronizado, juez de los Dioses y los hombres,
Líder astado de las huestes del Aire.
Mientras permanece invisible sin el Círculo,
Viviendo dentro de la semilla,
La semilla del grano recién segado, semilla de la carne;
Oculta en la tierra, maravillosa semilla de las estrellas.
La vida está en Él, y Vida es Ia Luz del hombre,
Que nunca antes nació, y nunca muere.
Por eso las Viejas Sabias no lloran, sino que se alegran”
Levanta ambos brazos bendiciendo al punto cardinal por donde desaparece el Sol y regresa al centro del círculo. Comienza nuevamente una danza lenta desde el interior del círculo hacia el exterior. Cuando lo juzgues conveniente, retorna al centro y toma el plato con la espiga y ponlo en el altar, con la tela que lo cubría a un costado.
La doncella vuelve a colocar el plato con la espiga sobre el altar, y la tela que lo cubría a un lado. Procede a la ceremonia de los pasteles y el vino y da por finalizado el ritual.
Fuente: "La Biblia de las Brujas", de Janet y Stewart Farrar. Editorial Equipo Difusor del Libro.
Nota: El ritual original descrito en el libro está compuesto para un coven de varios participantes. Yo lo adapté para el practicante solitario.